O Gran Mein I Lustro (No disponible venta online)
Presentación: O Gran Meín Lustro presenta las variedades locales de Ribeiro: treixadura, torrontés, albariño, godello, loureira, caíño blanco y lado. Con la intención de mostrar la grandeza de parcelas extraordinarias, se guardó una parte de la añada 2019 para salir al mercado más adelante. Tras cinco años en botella, O Gran Meín Lustro 2019 es una selección que expresa la extraodinaria capacidad del viñedo que rodea a una aldea única en el valle del Avia. Un vino que evoca al Ribeiro histórico más prestigioso.
Viticultura y Elaboración:
La añada 2019 comenzó con un tiempo frío y seco, incluyendo algunas heladas. A finales de enero, la tendencia cambió y el año empezó a acumular precipitaciones abundantes hasta la llegada de la primavera. Un mayo seco evitó graves ataques fúngicos al viñedo. El verano fue caluroso y seco, sobre todo agosto. Esta situación facilitó un buen estado sanitario hasta el final del ciclo sin generar un gran estrés a las cepas. La vendimia comenzó el 9 de septiembre y finalizó el 3 de octubre. O Gran Meín Lustro 2019 se elaboró con uva propia de las variedades locales de Ribeiro: la treixadura convive en armonía con bancales de albariño, torrontés, godello, loureira, caíño blanco y lado. Un exhaustivo seguimiento de cada cepa y un cuidado individualizado de las parcelas explican el valor que aporta el minifundismo gallego a la elaboración de grandes vinos. La uva se vendimió en cajas de 12 kg según momento de maduración, aplicando el estilo de colleiteiro. Cada parcela y variedad se mantuvo separada del resto en acero inoxidable, hormigón, gres o roble para extraer la expresión más pura y enérgica del terruño. Tras la crianza sobre lías durante 12 meses se embotelló en otoño de 2020 y desde entonces ha continuado durante un lustro su crianza en botella.
Crianza de 12 meses sobre lías y cruianza en botella desde 2020
Particularidades de la añada 2019:
comenzó con un tiempo frío y seco, incluyendo algunas heladas. A finales de enero, la tendencia cambió y el año empezó a acumular precipitaciones abundantes hasta la llegada de la primavera. Un mayo seco evitó graves ataques fúngicos al viñedo. El verano fue caluroso y seco, sobre todo agosto. Esta situación facilitó un buen estado sanitario hasta el final del ciclo sin generar un gran estrés a las cepas. La vendimia comenzó el 9 de septiembre y finalizó el 3 de octubre. Fue una recogida clásica de Galicia, con días de sol intercalados con días de lluvia. Este tiempo ayudó a una recolección pausada. Se realizaron varias vendimias en cada viña, separando cada variedad y cada parcela, lo que permitió la recogida de cada uva en su punto óptimo de maduración.